La leyenda de Furatena

Hace mucho tiempo en el fantástico reino de los indios Muzos ubicado en los lares en donde hoy se halla Pauna, Otanche, Borbur, Muzo, Quipama, Coscuez y otros municipios del departamento de Boyacá.

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Un día inmemorial del inmenso río Magdalena, se encumbró y endiosó una gigantesca sombra en la cual las nubes, las estrellas y el sol parecían lunares, oscuridad que se suspendió levitando sobre el río Carare "el río de dios".

De la penumbra misteriosa descendieron dos gotas azules en forma de mariposas que al caer formaron una mujer FURA y un hombre TINA, los primitivos habitantes del reino de los muzos, pareja que engendró por instinto y amor y poblaron aquel Edén, con linaje de eterna juventud, herederos que le rendían culto al "dios sol", a la "diosa luna", a los hados, al río Minero y a la madre naturaleza.

Viendo los procreadores FURA Y TENA que sus legatarios idolatraban las maravillas de la creación, decidieron transformarse en dos extraordinarias montañas en forma de pechos de mujer como los de la madre que le dio la luz al mundo.

Y en los cerros míticos resaltaron esculpidos las figuras humanas de FURA y TENA para ser veneradas por los aborígenes, entre los que se destacó el líder guerrero cacique ltoco quien combatió a los asesinos invasores españoles sedientos de oro y esmeraldas.

Cuentan que desde entonces los mitológicos cerros se eternizan embrujados y que sus entrañas albergan yacimientos fabulosos de gemas o piedras sagradas y que los dioses arroparon estas cimas con árboles perfumados, |e< nubes de mariposas azules que se metamorfosean en piedras preciosas, las cuales son custodiadas por huestes de serpientes venenosas que no hacen daño a sus parientes animales: musarañas, salamandras, ranas, iguanas, babillas, tortugas, aves y otras criaturas que moran en la cordillera oriental.

 
Dicen que en los alrededores de las prominencias sacrosantas de FURATENA brotan: yuca, maíz, plátano, frutas con los cuales se nutren los nativos, quienes evocan a sus antepasados que se ataviaban con penachos de plumas vistosas, con pectorales y brazales repujados y gravados, ascendencia que usaba armas de oro, hachas de piedra verde, flechas doradas y lanzas áureas.

Relatan que los hijos de FURA y TENA se dedicaron a explotar las vetas fabulosas, en donde miles de mineros desentierran las esmeraldas más preciosas del planeta, joyas que han sido fuente de progreso y desarrollo de la provincia y a la vez, causantes de la ambición que enferma a miles de buscadores de tesoros quienes suspirando por la pedrería quimérica han incurrido en olas de violencia que le ha quitado la vida a miles de oriundos y guaqueros provenientes de todos los rincones de la patria .en busca de fortuna.

Refieren que los túneles y socavones de innumerables filones se han convertido en cementerios de mineros codiciosos quienes han quedado atrapados y sepultados por montículos de piedras verdes.
Narran que en su memoria los chamanes de las venas y los paisanos celebran la "danza del guaquero". "rituales indios muzos", y que añoran el "paso de las ánimas", el "gallino colorado", las expediciones mineras origen de padecimientos, trabajos pesados, dolor, traición, venganzas, llanto y sufrimiento.

Se sabe que las minas del País de los Muzos, han sido escenarios de desquites, desagravios y reparaciones entre productores mineros, guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes enceguecidos por la avaricia fatal.
Mientras tanto las montañas FURATENA perseveran impávidas, como espectadores silentes, insondables e inconmovibles ante la pérdida de razón de sus beneficiarios e intrusos que profanan, mancillan y deshonran las profundidades sagradas del reino de los Muzos.

Autor: Asdrubal Lopez Orozco.
 

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